martes, 9 de agosto de 2016

DR. ANTONIO SUBIRÀ I MARQUET: UN GENIO EN EL OLVIDO DE LA MEDICINA Y FARMACIA CONTEMPORÁNEAS



Merecido homenaje merece este sabio poco conocido que debería estar entre los personajes destacados de la Historia de la Farmacia y la Medicina en España. De carácter emprendedor, tenaz y perseverante, fue un adelantado a su tiempo y es uno de los personajes que merece por mérito propio un homenaje por su contribución a la ciencia médica y farmacéutica de finales del siglo XIX y principios del XX al ser un auténtico pionero en su área. O como bien preconizaba una revista de la época, que decía de él que era un "(...) preclaro inventor, honra de la ciencia químico-farmacéutica española, que es acreedor a un homenaje de admiración y reconocimiento por sus continuos y meritísimos trabajos en pro del progreso humano".

Antonio Subirà i Marquet, hermano de Pablo Subirà i Marquet, destacado oftalmólogo de su tiempo, ambos nacidos en la ciudad de Cadiz, hijo de Gabriel Subirà,  pronto se trasladó a la ciudad de Barcelona donde estudió primero farmacia, especializándose en botánica donde se doctoró en el año 1898 después de presentar su tesis doctoral CONCEPTO SOBRE LA ORGANIZACIÓN DE LA CÉLULA VEGETAL.

Y ya en el curso 1899-1900 fue el redactor y profesor encargado de la asignatura de MATERIA FARMACÉUTICA VEGETAL en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, dónde, según contaban sus ex-alumnos, destacaba por su simpatía y humildad.

El Dr. Subirà tenía, por supuesto, su propia farmacia sita en el Paseo San Juan de la Ciudad Condal.

Propaganda de la Oficina de Farmacia del Dr.Subirà. Obsérvese el centro de la imagen en la que se ve una reproducción del interior de su farmacia.
Bastantes años más tarde, debido a su ferviente deseo de poder trabajar con cadáveres para el desarrollo de lo que sería su famoso MOMIFICADOR SUBIRÀ, se vio obligado a estudiar medicina, lo que hizo en tan sólo 2 años. Contaban  los que le conocieron en ese tiempo que el Dr. Subirà, estando en clases de medicina, el profesor que daba las clases le pedía a este ilustre doctor que le acompañara como colega, pero que el Dr. Subirà, haciendo gala del carácter humilde que le caracterizaba agradecía el gesto pero contestaba siempre: "No, no, soy un alumno y mi lugar es el pupitre".

Así, los cargos y títulos que ostentó fueron: Profesor y Catedrático de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, redactor del Boletín Farmacéutico, Miembro de la Academia de Invenciones de París, Miembro de los Concursos Científicos de Italia y condecorado con la Cruz de Humberto I de Italia, Presidente del Comité Científico de la Feria de Barcelona, Vicepresidente del Consejo de Administración de la Feria de Barcelona y Presidente del Jurado del Concurso Nacional Farmacéutico

Fotografía oficial de la Orla como Profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona

FÓRMULAS Y PATENTES DEL DR. SUBIRÀ

Este ilustre galeno desarrolló multitud de patentes para la industria farmacéutica humana y animal. Una de las más destacadas fue AGERASIA. Habiendo estudiado los trabajos de Elie Metchnikov, el Dr. Subirà desarrolló esta fórmula, un producto que como su nombre indica, tenía la intención de alargar la vida de las personas mejorando su salud intestinal, cosa que hoy en día está siendo de nuevo retomado con el estudio de la microbiota. Esta receta la desarrolló en 1915, pero tal y como él mismo escribe, después de ser galardonado por este producto con el Diploma de Gran Premio de Honor en el Concurso Nacional Farmacéutico, a través de la REVISTA HISPANO-AMERICANA ILUSTRADA de agosto de 1915, "Hoy, que por desgracia atravesamos una crítica situación, debida por una parte, a la inícua guerra europea, la cual priva a la sufrida y resignada clase farmacéutica, el adquirir infinidad de insustituibles y activos productos químicos, al igual, que numerosas especialidades farmacéuticas, y por otra parte, las rivalidades de los turbulentos, el necio charlanaterismo en las plazas públicas, el funesto intrusismo en los ilegales establecimientos, la neglicencia de los sub-delegados, los nefandos convenios con los intrusos, y la apatía de los que rigen los altos poderes públicos del Estado, que miran con sarcástica indiferencia nuestras justas peticiones, es de necesidad imperiosa, que la clase farmacéutica que va progresando, haga un esfuerzo, salga de su atonía y demuestre sus profundos conocimientos politécnicos y sus esmerados trabajos de laboratorio". Por ello, seguramente, y debido  estas circunstancias, el producto no triunfó como se merecía.

Destaca el hecho de que el Dr. Subirà utilizaba unas sustancias denominadas "glicolactolíticos" por observar que tenían la capacidad de producir glucosa y ácido láctico en el intestino, elementos necesarios para la nutrición de la flora bacteriana  "bienhechora" (según palabras del propio Dr. Subirà) que el nombraría como "glicobacilactina" y que hoy en día denominamos bacterias probióticas. Cosa que algunos años más tarde sería de importancia capital como veremos más adelante.



La otra fórmula destacada y que le hizo ser merecedor de multitud de premios a nivel nacional e internacional fue El MOMIFICADOR SUBIRÀ. Este producto era capaz de momificar cuerpos sin la inyección de ningún tipo de sustancia a nivel intravenoso, sino que la aplicación era local, dejando además un suave perfume que evitaba el mal olor propio que desprenden los cadáveres o los productos desinfectantes.


Tal fue la fama de este producto, que, tal y como cuenta un diario de la época, El Liberal de Sevilla, el 31 de julio de 1912, al Dr. Subirà le ofrecieron la astronómica cifra de 5 millones de pesetas por las patentes extranjeras. Pero su amor a la enseñanza, su preocupación por buscar remedios que aliviasen el sufrimiento humano, junto a la humildad de la que hizo siempre gala, hizo que no aceptara dicha cifra.
Presentación del Momificador Subirà en la salsa de disección de la Facultad de Medicina de Barcelona
Otras famosas fórmulas del Dr. Subirà fueron:


Reconstituyente en  galletas y chocolate para la infancia.





Destacan también entre su gama de productos:

PUTRESOTER: producto para la conservación de carnes, pescados y frutas (recordemos que no existían nevera por aquel entonces).

EUPNEA: para facilitar la respiración y evitar los ataques de disnea (dificultad respiratoria) por asma.

PICROL: aperitivo estomacal.

PIROGASTRO: comprimidos contra la pirosis, acidez, dispepsia ácida y gastralgias.

HALOHIGIO: para hacer la mejor agua de mesa (antecedente del "agua de litines").

LEUCODONTO: polvos y pasta dentífrica.

ODONTOFICO: elixir dentífrico.

GASTRONTÁLGICO: ratafía contra los males de estómago.


HISTORIA DEL YOGUR DANONE: UNA CREACIÓN NACIDA EN BARCELONA

El Dr. Subirà fue clave para la creación de la fórmula que utilizaría la empresa DANONE para fabricar de manera industrial sus yogures. El Dr. Jaume Ferran i Clua, por aquel entonces conocido como "el Pasteur español" por su contribución a las campañas de vacunación en este país, era íntimo amigo del Dr. Subirà, al que los hijos del segundo (Antonio y Elena) temían por su inefable costumbre de querer probar sus vacunas con todo aquel que se le ponía por delante. Y conociendo tan bien el Dr. Ferrán como conocía al Dr. Subirà, y sabedor de sus trabajos sobre la flora intestinal y la creación de su famoso AGERASIA, el primero recomendó al segundo al Sr. Carasso para que fuera el creador de la fórmula de su nuevo producto,  tal y como demuestran las crónicas del diario SARRIÀ del domingo 13 de enero de 1924 en la que reza: "(...) Se levantó para hablar el Dr. Subirà haciendo una descripción extensísima de la casa Danone y de los buenos resultados que le había dado la lucha verdad, sostenida para dar el premio de la Infanta Isabel a la buena preparación de sus alimentos a la casa Danone.
Hace extensísimo elogio del Dr. Ferrán y dice jamás hubiera ocupado el sitio que ocupa si Ferrán no hubiera asistido" . Esta empresa nació en 1919 en el número 16 de la Calle dels Àngels, en el barcelonés barrio del Raval. Los primeros años de su producción consideraban el yogur como un medicamento más que un alimento, por eso se vendían en farmacias.

Recipiente original de Yogur de la empresa Danone que la familia del Dr. Subirà recibió durante muchos años de manera gratuita como agradecimiento a la contribución de su insigne familiar.

Es pues el Dr. Subirà un genio olvidado. Uno de los ideólogos que hizo aportaciones tan importantes para la creación de la fórmula del famoso yogur DANONE que esta empresa estuvo enviando yogures a su domicilio particular todas las mañanas de manera gratuita a él y su familia durante muchos años.

Fotografía del acto de celebración de constitución de la empresa DANONE. En el centro de la imagen, el Dr. Subirà presidiendo la mesa, y a su izquierda, de pie, el Sr. Carasso, fundador de la misma.

REUNIÓN DE GENIOS EN LA CAPITAL DE CATALUÑA

En aquel tiempo, eran habituales las reuniones y tertulias entre personajes destacados de su época para compartir sus experiencias y logros.

A propósito de la inauguración de la fábrica DANONE en Barcelona, el ilustre arquitecto catalán Antoni Gaudí compartió junto al Dr. Subirà (dos hombres de Ciencia, que les unía su pasión por intentar comprender los procesos por los que se rige la Madre Naturaleza) este momento de importancia capital para la industria alimentaria en Cataluña.

El Dr. Subirà en la visita que hizo el ilustre arquitecto catalán Antoni Gaudí en la recién estrenada fábrica de DANONE en Barcelona (el Sr. Gaudí, a la derecha de la imagen, con barba).

ESTUDIO DE LAS PROPIEDADES FÍSICO-QUÍMICAS DEL AGUA 

Asimismo, el Dr. Subirà destacó en el estudio del agua. Fue por ejemplo el autor de la Memoria acerca del agua minero-medicinal bicarbonatada del manantial de San Jorge.  o analizó la Font Picant de Pedret. Además, podemos considerar a este ilustre doctor como al "Masaru Emoto español". Tal y como cuenta un artículo de La Vanguardia, el viernes 6 de diciembre, dónde hace referencia a los funerales del Dr. Subirà que, en la Exposición Universal de Barcelona de 1888, "atrajo sobremanera la atención sobre sí, con la cristalización de las aguas en sus formas típicas por él efectuada y presentada en bello pabellón" (dese cuenta el lector que esta gesta es anterior a la consecución de su doctorado, lo que nos da una idea de la capacidad de trabajo, innovación y visión de futuro de este singular y olvidado genio).


Agua cristalizada

UN TRABAJADOR INCANSABLE

Muestra de que a pesar de su avanzada edad el Dr. Subirà continuaba innovando con su incansable trabajo, es el hecho de que su muerte impidió que terminara la obra que estaba escribiendo, el Diccionario Sinonímico Farmacológico. Esta, de la que se conservan sus manuscritos, era una obra completísima en la que todos los términos eran vistos desde multitud de idiomas y culturas. Sólo un hombre de su talla podía ser capaz de recopilar tal cantidad de información sin los recursos de los que hoy día tenemos acceso. Incluso hoy, representaría un extraordinario esfuerzo intentar acometer tamaña gesta.

Manuscrito original del que debía ser su Diccionario Sinonímico Farmacológico pero que su inesperada muerte accidental evitó que terminase. Obsérvese la ingente cantidad de material que tenía recopilado.
Tal era la valoración que de este renombrado médico y farmacéutico se hacía, que incluso se le dedicó este texto en un libro dedicado a hombres y mujeres ilustres de su tiempo:


El Dr. Subirà moriría el 20 de noviembre de 1929 después de padecer durante varios días pérdidas de sangre por la orina (hematuria) tras ser atropellado por un tranvía, truncando así la vida de un hombre singular y adelantado a su tiempo que esperemos que este escrito ponga en el lugar que se merece.

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